Mi acosadora by Sophie Saint Rose

Mi acosadora by Sophie Saint Rose

autor:Sophie Saint Rose
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2016-01-31T23:00:00+00:00


Capítulo 5

Al entrar en su apartamento de Nueva York con un abrigo que le había prestado el chofer, se lo devolvió con una sonrisa —Gracias, ha sido muy amable.

—Un placer, señorita Turner. — dijo él hombre cogiendolo mientras miraba sus pantalones cortos —Realmente no es el vestuario mas adecuado para estar en Nueva York.

Ella se echó a reír— El viaje me pilló por sorpresa. Gracias de nuevo.

En cuanto cerró la puerta fue directamente a su ordenador e introdujo la dirección de correo que había inventado para los mails que le enviaba a Denley. Impaciente introdujo la contraseña y jadeó sorprendida al ver que tenía doscientos cincuenta y seis correos en la bandeja de entrada.

Impaciente abrió el primero y retuvo las lágrimas al leer al día siguiente del incendio “¿Eres tú? Si eres tú, lo siento y espero que estés bien”

El siguiente fue unos días después “No me has contestado. No sé si lo has leído siquiera o si simplemente me ignoras. Lo siento de verdad”

“Hoy te he visto en el ascensor y entiendo tu postura. No quiero que te sientas mal por ello. Pero a partir de ahora mírame cuando te hable, ¿vale?”

Raychel sonrió sin poder evitarlo y continuó leyendo el siguiente “Debo reconocer que me he llevado una sorpresa y tengo mil preguntas que hacerte, pero te has ido. Sé que no merezco ni una sola respuesta, pero créeme que cuando te he visto salir por esa puerta de cristal, he pensado por un momento que no volvería a verte. Y me niego”

Se pasó leyendo sus mails cuatro horas y cuando terminó había gastado toda la caja de pañuelos de papel. Ni una sola vez le había dicho que la quería, pero le había exigido que volviera mil veces. Sobre todo después de su encuentro en Boston. Sus mails a partir de ahí eran casi desesperados, preguntándole una y otra vez si estaba bien o por qué no quería verle. Pensando en ello se levantó de su asiento y miró por la ventana del salón.

Ya era de noche y empezaba a nevar. Era muy tarde pero se moría por verle. Miró el ordenador y se acercó sentándose ante el teclado y empezando a escribir “Acabo de leer tus mensajes y no sé qué decirte. Sinceramente hasta hoy mismo, pensaba que tu actitud hacia mí había cambiado al conocer mi apellido, pero ahora no sé qué pensar. Necesito tiempo para aclararme. ¿Podrás esperar?”

Antes de pensárselo más lo envió. Eran casi las cinco de la mañana y no esperaba respuesta, pero inexplicablemente se quedó mirando la pantalla. Sonrió al ver el mensaje en su bandeja de entrada e impaciente lo abrió “Ya sabes dónde estoy, nena. Estoy deseando verte. Sólo dime que estás bien”

“Estoy bien” No se atrevió a escribir nada más, porque temía exponer sus sentimientos y estaba deseando verle. Esperaría hasta el día siguiente y le daría una sorpresa.

Le llegó otro mensaje a la bandeja de entrada y lo abrió rápidamente “No te has explayado mucho”

Sonrió divertida. Al parecer no quería dormir “¿No tienes sueño?”

“Muy graciosa”

“Es muy tarde.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.